Mientras Akeia de Barros Gomes recorre una Dzó del Museo Mystic Seaport, señala distintos señuelos de pesca y muestras de técnicas de navegación marítima. También hay máscaras tradicionales indígenas, africanas y figuras espirituales provenientes de ambos lados del Atlántico.
La nueva Dzó, llamada “Entwined: Freedom, Sovereignty and the Sea”, invita a los visitantes a pensar en la historia, el agua y la espiritualidad de forma diferente, explicó de Barros Gomes.
“Al recorrer la Dzó, tienes la sensación de que el tiempo es cíclico y no lineal”, dijo. “Todo circula y tiene un nacimiento, vida, muerte y renacimiento; igual que la historia de [cada uno de] nosotros”.
En , el museo marítimo más grande del país, puedes pasear por un pueblo costero del siglo XIX y subir a bordo de un barco ballenero de madera. Sin embargo, durante décadas, la mayoría de la historia marítima de naciones negras e indígenas pasaron desapercibidas.
“Entwined” tiene como objetivo cambiar eso al presentar esa historia desde una perspectiva negra e indígena americana.
La explora los vínculos entre las vías fluviales de Nueva Inglaterra y la historia marítima indígena y africana. Para elaborar esta Dzó, los curadores del museo trabajaron en colaboración con las comunidades negras e indígenas locales. Representantes del museo se reunieron con miembros de estas comunidades durante casi dos años, para así asegurarse de que la historia fuera lo más auténtica posible.
Akeia de Barros Gomes explicó que durante la creación de la Dzó se propuso poner el foco en las perspectivas negras e indígenas y narrar la historia de Nueva Inglaterra, o Dawnland, el término indígena para la región.
“¿Cómo sería la historia de Dawnland, o Nueva Inglaterra, si siempre se contara a través de voces negras e indígenas y que esas fueran las voces de autoridad que transmiten la historia?” preguntó. “¿Cuál sería el enfoque? ¿Cuál sería el contexto? ¿Qué es lo que de pronto dejaría de ser tan importante en esa historia?”
Trabajar con miembros de la comunidad ayuda a “garantizar que esa historia se cuente de la manera que a los ancestros les hubiera gustado que se contara”, dijo.
Dialogar, generar confianza y sanar
Los museos de todo Estados Unidos han exhibido durante mucho tiempo artefactos de poblaciones nativas sin colaborar de manera significativa con las comunidades indígenas, por lo que han tenido una relación tensa, dijo Steven Peters, miembro de la tribu Mashpee Wampanoag y diseñador de “Entwined”.
“Nuestro relato nunca debe contarse sin nosotros”, afirmó. “Y eso lo llevamos muy, muy presente en nuestro corazón”.
Peters trabaja con , una productora creativa indígena. Explicó que los museos suelen seguir un proceso “en el que tienes un objeto, tienes un artefacto, y luego decides qué vas a contar que vaya junto con ese artefacto. Así que...el objeto siempre es lo primero”.
Sin embargo, durante la creación de “Entwined”, Peters y de Barros Gomes dieron un giro a ese proceso. Su objetivo era generar confianza y abrir paso a una nueva narrativa.
“Nuestro proceso es el siguiente: ¿Cuál es la historia que queremos contar?” dijo Peters. “Y entonces buscamos las piezas que encajen”.
Pero antes, los directivos del museo querían contar con la participación de las comunidades nativa y negra. Así que se reunieron con miembros de la comunidad y los escucharon.
“Tenían que ser comunidades tanto africanas como indígenas las que dijeran: ‘Este es el relato que queremos contar’”, dijo Peters.
Antes de prestar cualquier objeto, los miembros de las comunidades querían tener garantías de que la Dzó incluiría no solo la historia concreta, sino también relatos de fortaleza y resiliencia.
“Hubo un proceso de sanación que tuvo que ocurrir para que las comunidades se sintieran cómodas compartiendo dentro de esos espacios”, explicó Peters.
Los miembros de estas comunidades no solo compartieron relatos, sino que también contribuyeron con objetos para la Dzó. “Entwined” presenta “pertenencias”, u objetos, prestados por comunidades indígenas y africanas, así como por varios museos. Una exhibición muestra una colección de cuentas wampum que fueron halladas al otro lado del río Mystic, en el lugar donde ocurrió la masacre de Pequot de 1637.
La tierra donde se encuentra Mystic Seaport es importante, ya que se ubica en tierras ancestrales indígenas.
Esta no es la primera vez que Mystic Seaport trabaja con asesores externos, dijo Elysa Engelman, directora de investigación y becas del museo, pero es la primera vez que un comité externo está a cargo del contenido.
El comité “realmente fue la voz de la Dzó”, apuntó.
Anika Lopes fue miembro del comité asesor.
“El simple hecho de estar en una mesa redonda donde todos los presentes eran personas negras e indígenas, no puedo describir lo sanadora [que fue] y conectada que me hizo sentir”, dijo.
Lopes remonta su ascendencia a africanos esclavizados y miembros de la tribu indígena Niantic.
“Siempre me recuerda ‘tus raíces, tus raíces, tus raíces’”, dijo. “Es muy importante tomar en cuenta quién está en esa mesa y quién está involucrado en las conversaciones desde el principio”.
Esa inclusión ha logrado dejar una impresión en los visitantes del museo, como Susie Gagne.
“Aprecio el lenguaje”, comentó. “Estaba escrito en gran parte desde la perspectiva de ‘yo’ y ‘nosotros’; fue redactado por miembros de los grupos de los que trata la Dzó”.
Dentro de la Dzó: una canoa, una cabaña y arte
Dentro de la galería, de Barros Gomes observa una canoa pintada de colores brillantes que fue un encargo para “Entwined”. Los artistas indígenas americanos y de África occidental utilizaron una técnica centenaria que ambas culturas comparten.
“A pesar de estar separados por el Atlántico, fabricaban las canoas exactamente de la misma manera”, mencionó. “En lugar de tallarlas con herramientas, lo hacían con fuego”.
Las paredes cuentan con menos explicaciones escritas de las que los visitantes podrían esperar; esto se debe a que la historia indígena y negra se ha transmitido oralmente durante generaciones.
En su lugar, hay guías capacitados en la exhibición para ayudar y responder las preguntas de los visitantes. El adiestramiento para convertirse en guía fue extenso, casi como un curso universitario, explicó Dean Hantzopoulos.
“Estas son historias que nos fueron confiadas y se nos dio permiso para contarlas”, dijo Hantzopoulos.
Continuando por la Dzó, de Barros Gomes recorre dos salas más pequeñas y oscuras. Estos espacios representan períodos de interrupción histórica: esclavitud, despojo y genocidio cultural. Primero, entra a un ático con barcos tallados y objetos espirituales de africanos esclavizados. Luego camina por una cabaña indígena llamada Wetu, que contiene una primera edición de la Biblia Eliot traducida al idioma algonquino.
Desde allí, pasó a un espacio luminoso y contemporáneo que contenía una extensa colección de arte creado por artistas vivos, miembros de comunidades indígenas americanas y negras. Hay pinturas coloridas, esculturas y vestimentas tradicionales.
“Es arte que muestra a artistas contemporáneos reclamando su ascendencia y sus historias ancestrales”, dijo de Barros Gomes.
Afirmó que por demasiado tiempo, otros contaron la historia marítima de Estados Unidos. “Entwined: Freedom, Sovereignty and the Sea” busca cambiar la corriente.
“Sí, durante los últimos 500 años, el colonialismo, la esclavitud y el despojo han sido un factor prominente en nuestras historias”, puntualizó. “Pero si piensas en la historia marítima de africanos e indígenas de Dawnland, o Nueva Inglaterra, se remontan a más de 12,000 años”.
Si visita la Dzó
“Entwined: Freedom, Sovereignty and the Sea” se estará exhibiendo en el . La Dzó estará abierta hasta la primavera de 2026.
Nota del editor: Mystic Seaport Museum es un auspiciador de ϳԹ. Lea la política de independencia editorial de ϳԹ í.